Saliendo un jueves por la tarde de Madrid, puedes llegar a la capital francesa a las 22.30 de la noche. De ésta forma puedes disfrutar el viernes y el sábado enteros por sus calles y el domingo por la mañana, regresando a España el domingo por la tarde
El viernes por la mañana después
de un desayuno buffet típicamente francés, con tostadas, croissants, nutella,
bizcocho y todo lo que puedas imaginar, vamos al norte de París, a la basílica
del Sacré Cœur (El Sagrado Corazón)
en lo alto de la colina de Montmartre, desde
dónde puedes ver todo París, ésta basílica fue construida exclusivamente con
fondos provenientes de suscripción popular y se terminó en la Primera Guerra
Mundial. La subida puedes hacerla andando desde la Opera de París y disfrutar
de pintorescas placitas y calles donde la pintura, y los pintores en plena
labor son el centro de atención. Después de hacer una parada en una de las
terrazas de éstas calles, llegas al boulevard
de Clichy, el barrio rojo de Pigalle,
donde está situado el famoso Moulin
Rouge, en este barrio también encontrarás multitud de sex-shops que te
sorprenderán. Mención aparte merece el bar de la película “Amélie” el Café des 2 Moulins, que se ha convertido
en un punto obligado de visita para el turista.
Bajando por la calle Blanche
llegamos a la Opera de París y a las
galerías Lafayette, el edificio de la
opera es sólo una de las sedes de la institución sucesora de la fundada por
Luis XIV, la otra sede se encuentra en la Opera
de la Bastilla. Desde aquí nos desplazamos en metro hasta Saint Michel de Notre Dame, donde
visitamos la famosa Catedral de Notre
Dame y paseamos por la orilla del Sena.
Allí vemos muchos barquitos destinados a rutas turísticas o a restaurantes
flotantes. El Sena se cruza por varios puentes, uno de los más famosos es el
puente de los candados, donde los enamorados prometen amor eterno. Terminamos
callejeando por el Barrio Latino, donde diversos cafés y brasseries invitan a
descansar disfrutando de un crepe y un vino francés después de un largo día de
caminar.
El sábado comienza con la visita
al famoso cementerio de Père-Lachaise, dónde Jim Morrison, Colette, Orson
Welles y otros muchos artistas y políticos descansan mientras curiosos y fans buscan
a sus ídolos. De allí nos desplazamos en metro al Arc de Triomphe, visita obligada del turista, y en los campos Elíseos hacemos una parada en uno
de los restaurantes para reponer fuerzas. Caminando hacia el Museo del Louvre, pasamos por la Plaza de la Concordia, llama la atención
del turista español que en el parque no hay bancos, sino sillas, algunas de
ellas con el respaldo reclinado invitando al descanso.
Al lado del Museo encontramos el Palacio Real y desde allí vamos a concluir nuestro segundo día a lo alto de la Torre Eiffel, desde donde vemos anochecer Paris y comprendemos porqué es la ciudad de la luz. en el Parque de Marte es típico hacer un picnic y cenar mientras contemplas las luces de la Torre, es una vista muy bonita y recomendable.
La mañana siguiente, antes de
volver a casa y para despedirnos de París, paseamos por Saint-Germain-des-Prés, visitando los jardines del Palacio de Luxemburgo y nos despedimos
de París sabiendo que volveremos algún día.
Yo estuve hace poco! y me encantó, es una ciudad maravillosa!
ResponderEliminarbesisss
Para mi es la ciudad más apasionante que he visitado hasta el momento (y van unas cuantas). Enhorabuena por tu viaje.
ResponderEliminarEspero volver con mas calma y conocerla mejor. Muchas gracias!
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