El primer día visitamos Central Park, con el permiso de las ardillas que están por todas partes y posan ante los turistas, paseando por el parque encontramos partidos de base-ball, acróbatas y la visita obligada al homenaje a John Lennon; caminando hacia el norte llegamos
a Harlem, dónde visitamos la Universidad de Columbia y disfrutamos
los típicos platos sureños acompañados de Mimosa
y Bloody-Mary, acompañados por
música en directo.
Al día siguiente, aprovechando la buena
temperatura, y después de visitar el Madison
Square Garden, fuimos en ferry hasta Staten
Island desde dónde tienes una vista estupenda de la Estatua de la Libertad.
También puedes optar por una vista de pájaro de toda la isla en un viaje en
helicóptero, ¡es increíble lo pequeña que se ve la isla!
Desde allí, puedes llegar andando
a Wall Street y a la zona cero;
transformada en un parque en el que encontramos dos fuentes en el lugar que
ocupaban las Torres Gemelas. Ni que
decir tiene que la seguridad en la zona es bastante elevada y es necesario
pasar un control policial para entrar.
Otra de las visitas obligadas es
el Empire State, muchas guías
recomiendan sacar el city-pass, un billete con el que evitas las colas en los
lugares de interés, aunque no es necesario. Desde el piso 86 vimos anochecer y
encenderse las luces de la ciudad, para terminar el día dando un paseo en
limusina por el centro. Si no tienes mucho tiempo, es más recomendable subir a The Top of the Rock (Rockefeller Center) desde
dónde tienes una vista del Empire State
y el edificio Chrysler.
Otra de las visitas obligadas es Little Italy, reducida a una sola calle
en el corazón de Chinatown, sirven
los mejores espaguetis con albóndigas de Nueva York. Es un buen sitio para
comprar recuerdos ya que está plagado de tiendecitas más económicas que en la
zona centro de Manhattan.
Paseando por el puente de Manhattan, llegamos a Brooklyn; desde allí, en un pequeño
parque hay una vista fantástica del Puente
de Brooklyn y el skyline, nos sentamos a ver anochecer y volvimos andando por
el puente de Brooklyn a Manhattan, se tarda una media hora en recorrer todo el
puente.
Uno de los museos más
entretenidos es el Intrepid,
portaaviones de los años 30 en el que puedes encontrar aviones de guerra y
simuladores de todo tipo, desde una barca en alta mar hasta simuladores de vuelo.
Para salir de la noche, el Soho está lleno de bares de todo tipo, desde irlandeses, lounges, hasta
locales con música en directo. Una cerveza cuesta 7 dólares, ya que no todos
los bares pueden vender alcohol. Lo más recomendable es moverse en taxi una vez
pasada la medianoche, evitando el metro por seguridad.
En cuanto a las compras, cabe
destacar que gran parte de la población es de habla hispana, lo que facilita
mucho las cosas si no dominas el idioma. Los precios son bastante normales,
aunque las firmas americanas son más económicas que en España: Victoria Secret,
Mac, Levi’s… aunque también encuentras tiendas en el Village muy exclusivas.
Manhattan ofrece lugares, comidas y actividades para todos los gustos, y siempre encuentras algo que hacer, os he contado un poquito las visitas obligadas en la primera visita, pero la ciudad ofrece tantas posibilidades como tu quieras.
Que chulo!
ResponderEliminarEstoy de sorteo en mi blog: www.piolineando.com
Besos