Puede que esté exagerando o puede que no, en cualquier caso leí una cosa que me dejó totalmente sorprendida.
Es posible que jamás me haya sentido tan engañada, otra vez puede que esté exagerando o puede que no.
Os cuento:
Eráse una vez una pelicula con un actor que tenía los ojos azules más bonitos del cine.
Paul Newman |
500 millas |
Terminó el rodaje y a la hora del montaje decidieron que quedarían muy bien unos planos de los ojos, tras las gafas (está bien saber que no soy la única que piensa tarde), necesitaban 40 segundos de plano del puente de la nariz y los ojos, 40 segundos, (los que no sabemos de cine podriamos decir: "chico, que por 40s la peli no va a ser mi mejor ni peor, o igual sí, yo que sé"), pero para eso hay cineastas en el mundo.
Paul estaba en Los Angeles y no podía volar hasta Connecticut, así que James Goldstone, el director, tuvo una gran idea, una idea que ha sido la mayor traición de mi vida (vuelvo a exagerar, o quizá no)
"- ¡Hey! espera, su hermano, Arthur. Tienen exactamente los mismos ojos. Podemos llamar a su hermano"
Seguramente no fueron esas palabras pero sería algo así. Arthur había trabajado con ellos como jefe de producción, así que le llamaron, le pusieron las gafas y dijeron: "Si, da el pego", ¡ale, a rodar!"
Y no, no los distingo, no sé decir ni qué escena es. Yo hago un acto de fé y me creo que son los de Paul Newman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario